El caballo de Paso Fino Colombiano pertenece a una de las cuatro modalidades existentes en la raza del Caballo
Criollo Colombiano: Paso fino, trocha pura colombiana, trocha y galope
y trote y galope. La modalidad de paso fino, en la cual el animal se desplaza
por bípedos laterales, moviendo sus miembros sucesiva y alternadamente en cuatro tiempos isócronos, se debe a la presencia en su esquema genético de un gen recesivo denominado (p). Los ejemplares de esta misma raza, que carecen de esta
característica genética, se desplazan por bípedos diagonales, trochando o
trotando, dependiendo entre otros, de la velocidad de la cadencia o ritmo que hayan a su vez heredado por otra serie de combinaciones genéticas, independientes del gen que regula el
desplazamiento por laterales.
Este gen no es exclusivo en la raza del
caballo criollo colombiano, se presenta también en otras razas, como en el caballo peruano de paso, cuyo tranco es más largo y de proverbial resistencia; en la raza de paso fino puro puertorriqueño, lo mismo que en algunas razas norte americanas y en algunas europeas (como
en el pony islandés) que derivan su origen de la antigua raza ambladora berebere.
La denominación de origen “colombiano” es imprescindible y no se le puede suprimir al caballo de paso fino colombiano. Es lo mismo que sucede con otras razas, como en el caballo de pura sangre ingles, que lleva siempre su
denominación de origen “ingles”, no importa el país donde se crié ni donde
nazca, siempre será ingles; o con el pura sangre francés, o el PRE (pura sangre español); la raza de tiro irlandés o la belga, etc., que no por el hecho de haber nacido en países diferentes se les pueda abolir su denominación de origen.
Fedequinas (Federación Nacional Colombiana de Asociaciones Equinas), entidad que rige y regula la actividad equina colombiana y que representa al país ante
el mundo, haciendo parte de Confepaso, debe tomar cartas en el asunto para defender el sentido de pertenencia y la identidad de la raza
colombiana. Raza que está en mora de ser declarada por el Congreso Colombiano como Patrimonio Nacional.
EL EXCESO
DE REUNIÓN O SÍNDROME DEL CABALLO PARQUEADO: UN PASO EN FALSO.
La raza del
CCC posee ciertas características desarrolladas a través de los años por
selección natural y en parte por influencia del hombre. El “tranco cortó” que
le facilitó el desplazamiento por caminos agrestes fue una de ellas. Gracias a
esta condición, junto con un casco acopado y pequeño, fue lo que le proporcionó
al caballo la agilidad y seguridad necesaria para su desplazamiento por los
complicados y agrestes caminos de herradura que conformaron la topografía colombiana.
Pero como
todo tiene su medida, no resulta prudente continuar promoviendo esta condición,
que se encuentra “ad portas” de desbordar la función primordial y la esencia
del caballo de silla. El exceso de reunión o “síndrome del caballo parqueado”,
que tanto llama la atención y produce delirios de excitación en cierto sector
de aficionados que colman las ferias equinas, inhabilita literalmente al caballo para
cumplir su función sustantiva que consiste en trasladar al jinete de un lugar a
otro sin perecer en el intento.
Algunos le
llaman a este fenómeno evolución. Otros la llaman degeneración. La permanente selección en este sentido reduce el ángulo escapular,
acortando el tranco, según lo establece la "biomecánica" equina, que estudia la posición anatómica y los factores biológicos que intervienen en
el movimiento del caballo.
Fedequinas,
como ente rector debe legislar con claridad e independencia al respecto,
señalando puntualmente los derroteros que debe seguir la raza del CCC para
mantener su estatus de caballo “de silla” adquirido a través de varios siglos,
ahora que todavía es tiempo. No vaya ser que estemos dando un paso en falso.
Guillermo de Narváez
(Derechos reservados)
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